23 may 2013

Vivre ma vie

I
Viva el trabajo retroactivo
el ocio
los maullidos.

Viva la vida simple
pero con el pelo limpio.

Vivan las buenas intenciones
todos
pero sólo el pueblo.

Viva el destiempo
entregar a la hora los deberes
pero antes lo no solicitado.

Viva
y que realmente vibre
mover el pensamiento
más que el suelo
avanzar retrocediendo.

Viva
y que suene a ironía
lo diverso
lo uno
lo bello
lo múltiple.

Los miles de versos que nunca se han de topar.

II
Sólo queda esperar
Ahora
Sólo queda hablar con extraños
encontrar esperanzas en
bares
cafés
Cronometrar el tiempo
hasta que el tiro fatal llegue
en su fastuoso peregrinar.

Viva vivir su vida
asemejarnos a Anna Karina
Hacerlo todo mal
porque es lo correcto
lo bello.

Ya se acerca el auto negro
Viene
por aquella calle de por ahí
aquella
en la ciudad donde de noche también es día

Viva vivir mi vida
en cuestiones no escogidas.

Viva que la vida se gaste
como aquel cigarro
en ese café de pantallas
que se gasta
que se gasta
y se gasta ahí
en la pantalla
en lo bello
que es lo correcto
como correcto
fue elegir a Anna Karina.

III
El compás roñoso
odiosa carmina de musas demoledoras
El vacío que parece melancolía
Nana
Nana
te vas
ya viene el auto negro
que no sé si es realmente negro
el tiro de gracia
que esperas
que buscaste no elegir.

Vibre la vida
Viva mi vida
vivo para vivir
su
mi
vida.


Los miles de versos que se callan con un disparo.   

19 may 2013

Sin nostalgia


Yo vuelvo a ti sobre montañas;
caminando frente al Cardonal;
llegando a Uruguay
que huele como la vida [a veces].
Te subo hasta llegar al Litre,
ahí me devuelvo,
y cuando voy de vuelta,
vuelvo a ti en libros y cachureos de vereda.

Yo vuelvo a ti sobre colectivos,
micros y mis pies.
Vuelvo sobre avenida Rodelillo,
casas quemadas
y falta de ganas de estar aquí.

Vuelvo a ti subiendo por Santos Ossa,
pensando “¿Quién puede vivir aquí?”

Vuelvo a ti jadeando.
Vuelvo a ti en bus.
Vuelvo a ti buscando el color que perdiste.
Vuelvo a ti sin romanticismos.
Vuelvo sobre tu olor y deforme figura.
Vuelvo a mirar los carros de O’higgins,
su olor me recuerda a la sirena que fue acuchillada al frente,
al lado de la farmacia,
a la vista de aquel vendedor de aceitunas
y de las extrañas ninfas de los cigarros paraguayos.

Vuelvo a ti cada vez que me voy.
Vuelvo a ti y voy por Victoria,
cuando llego al parque Italia me devuelvo,
o a veces voy hasta Rodríguez,
huelo la Mangiatta,
nunca tengo suficiente para hace más que eso.

Vuelvo sobre ese colectivo,
Hablo con colectiveros.
Una vida es muchas cosas
y en cuantas nos parecemos.

Vuelvo siempre al 22 ½.
Vuelvo con los profes.
Vuelvo con los eucaliptus
y sus estivales infiernos.

Vuelvo del plan al cerro,
llegando por Placilla.
A veces arranco,
pero siempre vuelvo
al igual que tus vientos.

Voy y vengo.
Voy y vuelvo.
Voy del plan al cerro;
del cerro al plan;
del 22 ½ con recorrido hasta Pudeto.

Vuelvo por una bolsa de plátanos a alguna bodega;
paso la plaza,
llegando al congreso
y miro con asco,
hiede como vereda del Cardonal
cuando en sus acequias
un ser menor se metamorfosea,
al igual que todas las criaturas nocturnas del lugar.
Me devuelvo
y nuevamente,
vuelvo sobre montañas,
siempre vuelvo
y sin nostalgia.   

15 may 2013

Peri



Todo,
en cuanto te pienso,
queda en silencio

Te hablo,
me hablas;
te hablé,
me hablaste.
Somos dos punzadas parlanchinas

Todo,
en cuanto te pienso,
queda en silencio.

Nos vimos,
nos desvestimos,
nos tocamos
y nunca más.

Todo,
en cuanto te pienso,
queda en silencio

Ahora,
ya comenzamos nuevamente,
somos tan lejanos,
nos calienta nuestra lejanía,
no sabemos qué hacer con ella.
Somos dos criaturas parlanchinas
y no supimos qué hacer cuando,
cuando éramos dos simples cuerpos,
cuerpos con ese solo encanto.

Todo,
en cuanto te pienso,
queda en silencio,
silencio plagado,
repleto de asquerosos ruidos,
sonidos desentonados.

Nos conocimos,
nos hablamos,
debimos habernos tocado.
Vanitas vanitatum onmia vanitas,
vanos,
vanos,
¡tan vanos!,
tan superfluos,
los extranjeros
no deben perder el tiempo en esto.
Ese silencio
que aparece,
ese,
es tu vacío
lleno hasta el hastío
de palabras,
silenciosas palabras llenas de ruido.

Todo,
absolutamente
 y hasta más allá
del todo
queda en silencio
cuando nos recuerdo
vestidos
y hablando.

Puro ruido,
horroroso ruido.

Ahora,
te propongo algo:

Así como quien se sienta
a comer sandía bajo un parrón
un caluroso día de verano,
sacudiéndose las moscas y avispas,
así
te propongo que nos sacudamos
toda la ropa
y nos quedemos callados.

Te propongo generar
el ruido de nuestros cuerpos
que se vuelven a excitar el uno al otro
en el vaivén del sepulcral silencio.

Te propongo que todo,
absolutamente todo
en cuanto te sienta,
va a ser como si te quisiese
y quizás así nos comencemos a querer.

Todo,
absolutamente nada
cuando fuimos palabras.

Quizás nuestra Moira
nos quiera llevar a otros puertos,
parajes donde no seremos
más que dos desconocidos
pero tratemos ahora
que ya es ayer,
de hacer que todo,
absolutamente todo
se llene de nosotros.
Dejemos atrás los ruidos,
horrorosos
y que los son más aún
si los escuchamos vestidos.

23 abr 2013

La importancia de llamarse

Las palabras; tan livianas, como profundas; tan asertivas  como desafortunadas. Las palabras, designadoras de realidades, creadoras de mundos posibles. Nuestros nombres, nuestros humanos nombres, palabras que nos designan, y no solo nos designan en humanidad, sino que en unicidad.

¿Es necesario tener que nombrarse o tener que nombrar? ¿Por qué no hacer un nombramiento deíctico de nuestro ser único e irrepetible, más allá de letras foneticamorfosintacticaesteticamente dispuestas? ¿Por qué elegir nombrarnos de manera hereditaria, o según el impacto de algún otro con ese nombre, o por originalidad o incluso hasta cierta estética-entendida de modo muy superfluo-?

No pretendo hacer exposición de grandes argumentos antropológicos, lingüísticos  históricos  etc. con respecto a los nombres propios, solo mostrar alguna reflexión al respecto, sobre todo al alero de 3 situaciones, a parecidas al ojo público, que se me han mostrado en el curso de este año, y que son las siguientes: (i) la prohibición en Islandia de tener nombres que no sean propios de su tradición, lo cual habrá alertado a más de algún defensor de las libertades esenciales; (ii)la lista de nombres <<curiosos>> que el registro civil de nuestro país expone todos los años y (iii) 'Le Prénom', película francesa que hace el recorrido de una discusión por la elección del nombre de un nonato.

(i) Transcurrió hace algunas semanas (o meses quizás) en Islandia, un fallo judicial que le permitió a una joven llamarse con un nombre usado tradicionalmente para hombres, pero que usado en ella, se interponía a las exigencia fonéticas y tradicionales exigidas por dicho país, que pretende proteger mediante leyes el buen uso del lenguaje para la preservación del idioma tradicional y la herencia de sus nombres propios típicos. Aquí uno se empieza preguntar por esas supuestas libertades a las que nos hemos acostumbrado, sobre todo en este otro extremo del mundo ¿choca la individualidad de algo tan 'superfluo' como un nombre propio con nuestra forma de 'hacer patria', con nuestra forma de llevar a cabo nuestra cultura? En naciones donde el nombre propio, tal cual lo usamos y lo nombramos,-podríamos decir que hay ciertos pueblo indígenas en donde los nombres son una gran secreto no revelado cuya carga es de corte totalmente necesaria, pero no es nuestro caso- no tienen más relevancia que ser deíctico, una razón de ser para ser nombrados como nosotros y no como otro, entonces ahí las leyes islandesas parecen obedecer a un atropello ¿cómo es posible que el estado designe el cómo y el qué de los nombres que les damos a nuestros hijos? Nos parece incosebible- aquí la idea de que la lengua es un órgano vivo y sujeto a cambios vibra totalmente-, pero de esa manera entramos en nuestro segundo conflicto, expuesto a continuación.

(ii)En contraposición casi absoluta a Islandia está en caso de Chile. Año tras año las inscripciones de recién nacidos en el registro civil denotan la total fatal de algo que puede ser o timidez, o ignorancia, ansias de rupturismo, o quién sabe, de miles de padres que llaman a sus hijos de modo poco tradicional, entendiendo esto como el no adscribir al cómo se han escrito ciertos nombres a lo largo de los siglos, y más aún, haciendo caso a sus invenciones o a sus oídos poco enterados del tema.
La lista de exóticos nombres está públicamente disponible, pero la cuestión que aquí queda pendiente son las consecuencias sociales de el acto de nombrar a alguien, acto que aquí, en este lugar del mundo, nos parece tan privado, y donde se ha olvidado el significado de los nombres, y más aún, lo que significa cargar con el nombre en muchos casos, sobre todo cuando va unido a una lectura de clases- las clases más bajas son más dadas a este desliz-.
Lejos estamos de creer que el nombre propio podría llegar a designar mi esencia  o al menos parte de ella. El nombre propio en estas latitudes multiculturales-en el horroroso sentido del la dominación de diversas culturas en unos cuantos siglos- cumple una función decorativa, estética en el sentido más lato, quizás por eso nos podremos sentir atacados si algún día el estado nos quisiese limitar a nombres tipicamente españoles o de alguna otra lengua autóctona, pero parece que nadie se aberra demasiado si escribimos Rocio o Martin, que no tienen ningún sentido ni referencia, y para qué hablar de Maikel, Maikol, Anllelo, Haxel, etc. Los nombres propios en este país son un tema ¿a qué nos atenemos con nuestros nombres si ellos no significan nada representativo de nosotros? Mi nombre es Mariana y me veo bastante alejada de rendirle tributo a alguna virgen- lo único que me suscita una virgen es desearle que se desvirgue-.

¿Ya se extraña mediación?

(iii) 'Le Prénom' me dejó reflexionando desde otra esfera, la esfera de los nombre y su relación con la historia, los nombres en su devenir.
Para contar poco y dejaros que vuestros ojos se deleiten, la problemática nace cuando por broma, uno de los amigos convidado a la cena en casa de un profesor de literatura, dice que llamará a su hijo Adolphe, que para los efectos de pronunciación es casi igual que Adolf. Todo esto provoca el inmediato rechazo del resto de los amigos y la ira del profesor de literatura, quien lo considera un acto fascista (conozco chilenos con el  nombre en su versión española), más allá que el nombre haya sido tomado de un libro previo al siglo XX, obra de un gran prócer de la literatura francesa ¿debemos desechar los nombres con esa carga histórica tan aberrante? he ahí el dilema, y he ahí el horror de que en Chile hayan Augustos de menos de 30 años.

Breve es la moraleja de todos estos extremos: es bueno conservar las tradiciones, es bueno que las lenguas sean vivas y es bueno dejar que la historia y el mundo sigan su curso, pero también es malo, bueno y básicamente porque bueno y malo no son categorías.

26 mar 2013

Aquello que hallaba


Buscando a las musas,
Me encontré con moscas,
Ellas se revolcaban en su inmundicia,
se posaban en mi cuerpo pasmado
¡eran tantas!,
¡eran tan inevitables!,
eran moscas,
moscas supliendo a musas.

¿Dónde están, mis bellas musas?
¿Dónde estás Erato, hermosa Clío?.

En otra ocasión fui a nadar,
pero me convencí,
ya no era propicio buscar a las sirenas,
además, ya nada había de ellas,
solo un abismos y la facilidad de una hipotermia.

Sólo moscas, sólo abismos,
Sólo aquello. 

Vida.
No quiero vida eterna,
no pretendo ser inmortal.

En mi ausencia,
cuando ya no esté,
quiero gente llorando,
quiero gente que me recuerde,
gente que me extrañe,
gente que no diga que todo lo hice bien,
más bien que diga que viví.

El mayor orgullo es haber vivido,
es haber roído nuestros efímeros huesos.
  
Convoca:.
Él llevaba colgado el cartel de su asunto,
asunto muy importante.

Ellos lo apuntaban,
Le hacían reclamo por su honestidad,
por sobre la naturalidad con la que llevaba su cartel.

Aquel, el cartel, sí,
era un error.

¡¿Quién carga un cartel con su asunto?!

Honestidad, fue eso lo que mató a Sócrates,
is not necessary.

Entremedios y comparaciones.
Vacíos espacios,
espacios infértiles,
infértiles como entrepiernas,
entrepiernas gastadas y desilusionadas,
están pidiendo auxilio,
pidiendo eutanasia.

Cansados de la inconstancia,
Lúgubres,
como las noches en un lecho de monja,
como intercambios de dinero,
como el sexo de los púberes,
atolondrado.

  
La Sola.
La soledad,
aunque ya asumida
y un tanto superada,
siempre me evoca ciertas suspicacias.

Ese frío sentimiento
que a veces es llanto,
que a veces es hambre,
que a veces es yo,
chocando con mi yo
que se autodescubre libre.

Quizás ya admití,
ya di el paso para no querer cambiar
mi condición.

Debo conservarla
y desplegarla,
mejorarla.

24 mar 2013

La lucha por el derecho al aborto en el país más desigual del mundo


La lucha por el derecho al aborto en el país más desigual del mundo

Chile, hace ya varios años, se debate entre legislar o no acerca de uno de los derechos esenciales de toda mujer, derecho que no se contemplan en ninguna de sus formas en la actual legislación: el aborto. Esto no es raro si hacemos un repaso de la actual situación que lleva el país.
Chile se encuentra disfrazado por una sensación de bienestar económico que, por sobretodo, mantiene en manos de unos poco la decisión de personas libres a quienes el Estado debería garantizar su bienestar y dignidad.
Según cifras oficiales, el crecimiento del país durante 2012, alcanzó un 4,4 %, esperándose que rodee el 5,1 % este 2013[1].  Pero para la gran mayoría, el impacto de este crecimiento solo se refleja en la creación de puestos de trabajos mal remunerados, y no en el establecimiento de mejores políticas para el bienestar de los ciudadanos comunes y corrientes. En Chile hay empleos, pero el debate de una mejor educación y salud aún se mantiene así, tan sólo en un debate.
Chile, el país más desigual del mundo en materia económica, según confirma un reciente estudio que recoge datos del SII (Servicio de Impuestos Internos) y la encuesta CASEN (encuesta de Caracterización Económica Nacional), y que señala, en palabras de los investigadores que ““el 1% más rico de Chile recibe 2,6 veces más ingresos como proporción del ingreso total del país que lo que en promedio recibe el 1% más rico en los siete países para los cuales existen datos que incluyen ganancias de capital para el periodo considerado. Más aún, mientras que el 0,1% más rico en Chile se lleva cuatro veces más que el promedio de la muestra de países, el 0,01% más rico se apropia de casi  seis veces (5,8) de la proporción de la que se apropia el 0,01% más rico en los otros seis países de la muestra”[2].
Según datos de la última CASEN, la pobreza en Chile afecta con mayor fuerza a mujeres y niños, dejándolos como los más vulnerables del sistemas, sobretodo en el caso de las jefas de hogar. La pobreza de las mujeres llega a un 15,5 %, mientras que en los hombres a 13,3 %.
Las críticas a la CASEN de 2012 fueron múltiples y polémicas; se acusó al gobierno de maquillar cifras, de no contrastar los números con el estrepitoso aumento en el precio de los alimentos, de no tomar en cuenta el margen de error de la encuesta, etc. polémicas varias, pero la pobreza femenina sigue siendo el dato que no cambia, y que de ser más estrictos, podríamos caracterizarlo aún peor.

El panorama del jaguar latinoamericano

¿Es de sorprendernos que  ese 1 % sea parte de los sectores más conservadores de Chile, esos mismo que hacen un llamado y todo el lobby posible para respetar 'la vida', negándose históricamente a legislar por sobre asuntos como el aborto y la eutanasia?
No es casual que en Chile, los más influyentes conservadores, son los mismos que ostentan la mayoría del poder económico. Tanto en la cámara baja, como en la senatorial, los partidos de derecha, representados por la Unión Demócrata Independiente, Renovación Nacional, bancadas representantes del actual gobierno de derecha, y la Democracia Cristiana, partido de oposición, cada vez que se ha intentado legislar en estos temas ‘valóricos’ sobre la vida- anticonceptivos, preservativos, píldora del día después, aborto, etc.- se ha opuesto rotundamente, apelando  al respeto a su filiación religiosa, aliándose con la voz de la iglesia en este aspecto. La mayoría de estos parlamentarios son activos empresarios, accionistas, hombres de negocios del 1 %, y de no serlo, representan a aquellos al momento de legislar. La iglesia se las ingenia para que su voz repercuta y, hasta el momento, sea mandatoria como política de estado.
Esos mismos pro-vida que se alinean para la defensa de la vida, los mismos que se alinean para el saqueo del país, como es el ejemplo de la ley Longueira de pesca-que lleva ese nombre en honor al ministro que la llevó a cabo-, ley que permite que seis familiar del país se empoderen de casi la totalidad de los recursos marinos, dejando con prácticamente nada a miles de pescadores artesanales a lo largo de las costas del país[3], o todos los proyectos de explotación energética y minera que se han llevado a cabo en las últimas dos décadas, proyectos que no se condicen con el respaldo a la vida, menos aún a una buena vida, sino más bien a intereses económicos de minorías. Estos son solo ejemplos de cómo los pro-vida, son los mismo que gestionan los proyectos de ley para la gran industria y monopolios económicos.
Ahora, ser mujer en Chile es una condena a la desigualdad. Lejos queda la idea de los jaguares de América Latina  que nos dio la ilusión de la bonanza económica impulsada por el modelo neo-liberal impuesto por la dictadura de Pinochet en la década de los ochentas. Para las mujeres la situación se ha tornado distinta, pero no mejor.
Recientes estudios muestran un incremento en el embarazo adolescente, incremento que repercute, casi por triste obviedad, en las clases más pobres. Según cifras presentadas a finales de 2011 por el Ministerio de Desarrollo Social, se indica que 40.000 de 250.000 niños nacidos en Chile, son hijos de madres entre 10 y 19 años, y de estos, el 65 % pertenece al 40 % más pobre de la población. Solo el 1 % corresponde al 20 % más rico. Según cifras de la ONU, 1 de cada 4 adolescentes será madre. El problema traspasa el límite de lo meramente económico, transformándose en un problema de políticas educativas. ¿En qué se está educando a nuestros jóvenes con respecto a su sexualidad?
Chile carece de una política efectiva para evitar los embarazos no deseados. A los ciudadanos se les tramita en los consultorios y hospitales públicos desde los condones, hasta la píldora del día después, en las escuelas simplemente no se entregan, ahí también se les dice a los padres que hablen con sus hijos, en vez del Estado hacerse cargo de una política igualitaria, pero en Chile difícilmente se cuenta con educación pública, casi toda está privatizada y hay libertad de enseñanza. En un gobierno de derecha conservadora, -otrora mano derecha de la dictadura militar- es necesario y no imposible, abrir la discusión sobre legislar para garantizar el derecho al aborto.
La discusión con respecto al aborto, luego del retorno a la democracia, ha estado presente en reiteradas ocasiones.   Según una encuesta de Miles Chile, el 70 % de la mujeres está a favor que se legisle por sobre el aborto terapéutico, pero aun así, ya el año 2011, Sebastián Piñera amenazó con veto presidencial en caso de aprobarse cualquier ley de este tipo. El aborto sigue prohibido y tipificado como delito de no ser espontáneo[4].
El gobierno de derecha conservadora liderado por Sebastian Piñera, presidente y multimillonario empresario, en la voz del ministro de salud, Jaime Mañalich, manifestó en estos días-al igual que en un sin fin de otras ocasiones las últimas décadas- que si se legisla por sobre el aborto, como ha sido solicitado nuevamente esta semana por organizaciones sociales en voz de parlamentarios de oposición, es decir, tan sólo sobre el aborto en casos de violación, incestos, cuando peligre la vida de la madre o la vida del feto sea inviable, lo que se está pidiendo es un aborto eugenésico. En palabras del mismo Mañalich, estaríamos hablando de un aborto "eugenésico, que quiere decir que en determinadas condiciones, en que la vida de este niño no puede seguir adelante entonces debemos asesinarlo, las cosas hay que decirlas por su nombre".

Ser madre en Chile, un camino con muy poca posibilidades de elección

Ser madre, se pinta como bendición que debe ser siempre bien recibida,- según el discurso que prima en las voces de grupos ligados al catolicismo, religión de la mayoría censada, religión aliada de la mayoría de ese 1 % tan poderoso - pero no puede ser de esta manera si: (i)la mujer no quiere; (ii) pone en peligro la propia vida de la madre; (iii) la condena a una pobreza no solo material, sino que educacional también; (iv) le impone el rol de madre por sobre el de ser mujer en la forma que ella quiera, y lo que es más grave, (v) le impone una determinada ideología de la cual ella puede o no formar parte-católica por sobre todo.

Poder, conservadurismo y el futuro para una ley de aborto

Entrelazar la concentración del poder del económico en Chile con la legislación del aborto no es azaroso, más aún si la mediamos con la intervención constante de la iglesia católica. La relación entre las esferas del poder económico y la institución paradigmática del conservadurismo en temas morales no es nueva. Cada vez que se abre una oportunidad de discutir el aborto en sus diversas formas y posibilidades,- el caso actual es de aborto terapéutico en casos especiales, tales como de violaciones, incesto, peligro de vida de la madre o inviabilidad fetal- la mano de la iglesia preponderante en el país no hace esperar.
La discusión de nueva nada tiene. Ya el año 1994, el Instituto Guttmacher entrega el primer estimativo serio sobre las cifras de abortos clandestinos en Chile: 160 mil abortos anuales, siendo entre 115 mil y 120 mil realizados a mujeres católicas y pobres. Hoy por hoy, a casi dos décadas, éste es el único estudio serio con el que se cuenta.
Que una ínfima parte de la sociedad chilena concentre la riqueza de toda una nación es aberrante, pero que esa minoría se asocie con la religión que agrupa a la mayoría de la nación, confabulándose para boicotear cualquier intento por legislar en el asunto es aún peor. Las mujeres no son sólo ya las más pobres, sino que se les es negado el derecho de decidir sobre sus vientres, incluso en casos extremos de violación y la continuidad de su propia vida.
El poder de las elites económicas en el debate del aborte se concentra, principalmente, en el lobby parlamentario, en educación y salud. Recordemos que en Chile, el estado financia gran parte de la educación y la salud es financiada por el estado, pero son los privados quienes la manejan a su antojo, dejando, en el caso de la educación, a la iglesia gran parte del trabajo, por lo tanto gran parte de los jóvenes solo son instruidos en un llamado a la abstinencia y a preguntarle a sus padres.
El discurso de los pro-vida, parlamentarios, organizaciones de jóvenes católicos como “Siempre por la Vida” y la iglesia; el discurso un gobierno abiertamente católico y que no respeta su separación con el estado chileno; cifras de abortos clandestinos donde la integridad de la mujer es degradada y puesta en peligro, nos dan para pensar que la perversa relación que existe entre el poder del dinero y la fe  en un país que mantiene al derecho de toda mujer a abortar en la ilegalidad y el tabú. Son los más pobres, sobre todo mujeres, quienes pagan con las consecuencias de este acallar. Se estima que la cifra de abortos clandestinos no ha bajado, si no que se podría haber incrementado, y quien posee mayores recurso, podría procurarse condiciones más idóneas que quien los tiene por más escasos. Difícil es entregar datos desde la clandestinidad.
 Con las altas cifras de embarazo adolescente y sus consecuencias sociales en el largo y corto plazo, Chile debe entrar en un proceso donde las consideraciones de grupos religiosos o ideológicos determinados deben ser puestas en segundo plano al minuto de entrar a tratar políticas públicas, en este caso de sanidad y salud, luego de eso, viene la libertad de cada uno de los sujetos. Según el último Senso y encuesta CEP (Centro de Estudios Públicos), el porcentaje de declarados católicos en Chile se calcula entre un 70 y 72 %, pero aunque fuesen el 99,9 % de la población, los temas valóricos y concepciones morales no debiesen interponerse en lo que respecta al Estado, el cual debe proporcionar las condiciones idóneas para el cuidado y buen vivir de sus ciudadanos, incluyendo el derecho a elegir por sobre su propio cuerpo,  con esto se permitiría no relegar las prácticas abortivas a la clandestinidad.
La pelea por la distribución de Postinor 2, la píldora del día después, se ganó a medias, dado la burocracia y  resquemor de la autoridad a entregarla es evidente. Hasta el día de hoy las opciones para obtenerlos son: o demostrar que uno ha sido abusada o cargar con una receta médica que cualquier ginecólogo con criterio la debiese entregar. Esto parece inconcebible si su distribución y repartición fue aprobada por el congreso el año 2007. En los municipios de derecha la situación se torna aún más compleja.
 La educación sexual de los jóvenes en Chile es prácticamente inexistentes;  preservativos y control de natalidad no son incentivados como parte de las políticas públicas para prevenir el embarazo adolescente y las Enfermedades de Transmisión Sexual, la perversa mano de la iglesia aún aparece como la principal causante del resquemor a promover su uso y sana socialización, claro, ellos manejan gran influencia en este ámbito. Lo que se debe y no hacer con el cuerpo se lleva a las aulas donde ya todos notan que la absurda idea de la 'abstención sexual' no fue, ni nunca será.
El futuro para legislar una ley de abortos en las condiciones que está siendo presentada hoy debiese llegar a buen puerto, pero el problema al que se enfrenta es el mismo de siempre: los poderosos, los ricos y las ideologías, todos unidos para truncar y rebatir lo irrebatible. Ya la semana pasada, en un esfuerzo por contrarrestar una nueva iniciativa para legislar, el precandidato presidencial, Andrés Allamand, propuso un bono para las madres adolescentes, alegando que había que premiarlas por no haber abortado.
Chile, el país más desigual del mundo se debe, en pos de la igualdad, intentar sacar adelante una ley de aborto que saque de la clandestinidad una práctica que es, por sobre todo, el derecho de cada mujer para decidir sobre su propio cuerpo.


[1] http://www.gob.cl/cumplimiento/crecimiento/crecimiento.html
[2] http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2013/03/22/chile-es-el-pais-mas-desigual-del-mundo/
[3] http://www.elciudadano.cl/2012/11/29/60898/ley-longueira-senado-paso-aplanadora-y-aprobo-todo-los-articulos-favorables-a-industriales/
[4] Código Penal de Chile de 1984: artículos 342 a 345 y Código Sanitario: artículos 119 y siguientes.

21 mar 2013

Butler, Haneke y algo desde Yo, claro

En un esfuerzo por NO hacer de ésto solamente el muro de los lamentos de mi existencia y de seguir en la línea de unir los diversos temas que me conmueven e interesan, es que hoy en la mañana me puse a pensar en qué cosas nuevas tenía por comentar, dar vueltas y religar, claro, con la secreta esperanza que alguien las lea, le gusten o al menos,  quede curioso. En eso estaba, cuando se me vino a la cabeza mi brillante maestra, Judith Butler, perito y referente en teoría queer y asuntos de género. Ahora, pensaba que al hablar tan sólo de ella, me exigiría un rigor técnico en términos filosófico que quizás no sea el más atractivo, y cuando en eso estaba, miraba 'Funny Games' (en su versión gringa de 2007) del gran Haneke, célebre el último tiempo por su grandiosa 'Amour' y por otras como 'La Pianiste', así que lo hice el segundo factor de esta suma. Hasta aquí ya tenía dos asuntos sobre los cual explayarme, faltandome el infaltable: Yo y qué tenía que decir con respecto a todo esto; cómo le daría sentido al hablar de feminismo, de un grande del cine y de mi. 

Emprendamos la dulce y trabajosa empresa del sentido entregándome en las manos de Judith y Michael para que se hagan presentes en estos momentos en mi procesadora mente, motor de estos dedos que ahora les escriben.

Haneke trabaja temas muy íntimos que nos dan a entender que el tema político no se recluye netamente en lo  público, sino que por el contrario, Haneke sitúa las problemáticas y dilemas de sus personajes desde lo más intimo de sus hogares, en espacios clausurados, ahí donde la vulnerabilidad de su ser queda completamente expuesta y tan sólo ocurre, ocurre más allá de lo que pueda decir u objetar el juicio público. La realidad transcurre y los personajes realmente se muestran en esa realidad. Pienso en la 'disfuncional' sexualidad la profesora de piano de 'La Pianiste'; en la eutanasia de 'Amour' y en el crimen de 'Funny Games', por nombrar algunos ejemplos. Sin intermediar estos grandes juicios morales, de los cuales unos son tan asiduos, debemos de decir que, en Haneke, a estos son los más difíciles de llegar porque no están puestos como manual de principios. Haneke no impone moralidad.

Haneke, creo, da una lección de realidad, una realidad donde asuntos como la diversidad sexual, lo que significa vivir, el crimen, etc., expresandonos que primeramente son, son íntimamente humanos, luego, son objeto de juicios. Heneke se nos muestra nietzscheanamente, negando este moralismo absurdo que provoca re-negarnos en el ámbito de lo público, por eso deviene como uno de los grandes de nuestros tiempos, lo demuestra con magistralidad y con todo lo bello del cine manifestándose ahí al mismo tiempo. 

Ahora, tomaré a Butler desde esta idea de ser, de ser políticamente (ser en el mundo), sin mediar el absurdo juicio de los moralistas, juicio que solo crea contradicciones y polarizaciones, que no permite dilucidar realidades, y que nos afecta íntimamente en lo que somos y en cómo nos constituimos en, de y para el cosmos. 

Advierto que para mi todo lo que es objeto de discusión, movimiento y cambio es político, ergo, todo lo que es, es político.

Butler, en su extensa obra, nos da herramientas para dilucidar el ser, sobre todo de aquellos eternos excluidos de los parámetros de la normalidad, esos que se escapan de lo que muchas feministas llamarían 'el mundo hecho a la medida de un hombre adulto, blanco, heterosexual con dinero'. Bueno, aunque esto no es solo patrimonio de Butler, debemos de decir que lo logra con maestría, entre otras muchas cosas, porque al análisis clásico de la filosofía, se le suma las discusiones contemporáneas en psicoanálisis  visión más intimista de los asuntos, así como una firme postura de izquierda, de su homosexualidad y de su condición de mujer.

Al igual que con Haneke, no nos es posible caer en la primicia de que todos encajamos en los parámetros exigidos en este mundo hecho a la medida de 'un hombre adulto, blanco, heterosexual con dinero'. Tal cual la vida, a veces las cosas solo son y no debemos sumar esfuerzo en encasillarlas. Así, lo que transcurre en los más íntimos espacios, físicos o mentales, de nuestras vidas pueden empezar a condecirse y no confrontarse con ese mundo fuera de la puerta de entrada.

La teoría queer y de género de Butler; sus análisis, conclusiones y discusiones en torno a lo que significa la sexualidad y re-plantearse los espacios de la diferencia (que resulta ser el de la mayoría en el mundo), así como las lecciones que Haneke nos provoca con sus obras, me llevan a repensar la relevancia de plantearse en coherencia, sin juicios totalitarios y cegadores, frente a lo que es el mundo y lo que somos en él. 

Puede resultar de perogrullo repetir que debemos ser sinceros y coherente con lo que somos y mostramos, pero, a pesar de todo, se revela que difícilmente así son las cosas. 

Hay que luchar porque el los espacios políticos, los espacio dinámicos, sean espacios de real y fiel acontecer, no espacios donde lo que es se vea en la necesidad de relegarse en cuatro paredes que todo lo esconden.

Butler y Haneke dan para pensar la misión de honestidad que tenemos para con nosotros y nuestro mundo (lo uno, lo mismo y distinto), y a mi me dan para pensar en cómo dejar de encasillar (me), seguir fluctuando y pensar.