I
Ningún
Neptuno se da por aludido
cuando de la arena al mar
los pies desnudos se adentran
seduciendo encantos
tentando a lo calamitoso.
Patibulamente siembran el miedo
la desconfianza de las concienzudas olas
que se retrotraen en un vaivén sensualmente sonoro
sorpresivamente acaeciente y barbitúrico
como el canto de las desdeñadas sirenas.
cuando de la arena al mar
los pies desnudos se adentran
seduciendo encantos
tentando a lo calamitoso.
Patibulamente siembran el miedo
la desconfianza de las concienzudas olas
que se retrotraen en un vaivén sensualmente sonoro
sorpresivamente acaeciente y barbitúrico
como el canto de las desdeñadas sirenas.
II
Ya
se acercan
ningún Ulises los detiene
ése ya partió
nadie los detiene
ya iniciaron su peregrinar indiferente.
Ya se acercan
así como lo hacen los incautos
nuevamente
así como lo hacen año tras año
pies de niños
pies de hombres
de mujeres
de categorías omitidas por la historia.
Ya se acercan
ningún Neptuno se da por aludido
a ningún Neptuno
divino ser
le afecta el impropio polemos de elementos
ningún Ulises los detiene
ése ya partió
nadie los detiene
ya iniciaron su peregrinar indiferente.
Ya se acercan
así como lo hacen los incautos
nuevamente
así como lo hacen año tras año
pies de niños
pies de hombres
de mujeres
de categorías omitidas por la historia.
Ya se acercan
ningún Neptuno se da por aludido
a ningún Neptuno
divino ser
le afecta el impropio polemos de elementos
III
La
párvula marejada
inquieta
que inquieta
prepara
su tardada venganza
que
año tras año
llega
siempre cuando el enemigo se tornó ayer
lejanos
ya
del
espacio tiempo estival
lejanos
ya
de su exultante tibieza
de su exultante tibieza
lejos de la amenaza
la
que atrae a los ajenos cuerpos
a
un campo de batallas
campo de famélicos púgiles.
Ningún Neptuno envía sus comandos.
IV
Pies
imitadores del aireado Ares
pies
de la discordia
pies
dirigidos hacia su Ulises tentado
pies
detectives de olvidos
se
organizan
sin querer
sin querer
atentan los inocentes.
A
ningún Neptuno le interesa.