29 sept 2013

Valentina

Poco y nada tenía que decirle a Valentina. Cara desafiante, intensos y hermosos ojos, piernas bronceadas a mediados de Junio que, con esa falda azul marino y los detallitos en verde, la hacían ver como debe ser todo sueño que versa sobre un colegio de niñas bien.
Valentina no oía mi clase, se limitaba a seguirme con la mirada fija cuando con el timbre se levantaba y la perdía en el ocaso de la puerta. Lo hacía también en los pasillos y patio. Sin mucho éxito, trataba de pensar en mi sueldo, no en ella.
Una estación dio paso a otra y ya no era su profesora, tampoco volví a frecuentar ese barrio que a mis ingresos de docente no correspondía. Ella debía estar en su último año, supuse que esperando ansiosa el momento de librarse de ese mundillo tan bello, pero insufrible.

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Hoy vi a Valentina. Sus ojos estaban más bellos, sus piernas más bronceadas. Sentada con su pequeño uniforme frente al mar, justo en el lugar donde termina mi trote, lejos de su lugar, el que pienso le incomodaba. Fumando y mirando todo con tierna curiosidad, me miró risueña y me dijo "hola Miss", le dije "sólo Antonia", le sonreí de vuelta. Me ofreció de su cigarro, le respondí que no fumaba. Le pregunté qué hacía allí a esa hora, hora de clases, se volteó a mirar todo y me dijo "sólo no quería estar ahí y me vine". Pude y pensé decirle cualquier cosa mientras se volteaba hacia mi nuevamente con esas hermosas piernas, me miraba con esos ojos y me sonreía al final de su respuesta, pero solo dije que debía continuar con mi trote. Lo último que dijo fue un suave "chao" y siguió fumando, mirando como si el mundo se le estuviese apareciendo de pronto.

25 sept 2013

Φύσις

Serpentean las olas que auguran la muerte de los procesos inconclusos,
de los sinsabores maltrechos que se plasman en la agonía de los libros y el buen vivir.

Pululan los ancestros ignorados afuera de catedrales de hojas de té
mosqueando transeúntes atareados.

Se subraya el destino voluptuoso
y las olas
y los ancestros
                        mueren
                                     renacen
                                                y vuelven a morir.

6 sept 2013

El Sagrado Vínculo


Yo y los otros asistimos a la consagración de la belleza a lo eterno
filósofos y sabios la entregaron
Luego, los πολοι al bautismo la confiaron
para prometerla a un matrimonio conveniente,
sin aviso, pero con caducidad canjeable
El estado estaba en la lista de invitados

Llegó nuevamente un parte a eso de dos semanas
Una tienda del retail es la encargada de los presentes para la bella dama y el nuevo que le ha puesto las circunstancias

Yo ya olvidé la tienda
perdí mi invitación
no iré ni siquiera a la fiesta
menos a la ceremonia
Pienso invitarla un trago en el mañana
hablar de cosas tan livianas
tan vacuas como la alteridad de su sistema.