Las palabras; tan livianas, como profundas; tan asertivas como desafortunadas. Las palabras, designadoras de realidades, creadoras de mundos posibles. Nuestros nombres, nuestros humanos nombres, palabras que nos designan, y no solo nos designan en humanidad, sino que en unicidad.
¿Es necesario tener que nombrarse o tener que nombrar? ¿Por qué no hacer un nombramiento deíctico de nuestro ser único e irrepetible, más allá de letras foneticamorfosintacticaesteticamente dispuestas? ¿Por qué elegir nombrarnos de manera hereditaria, o según el impacto de algún otro con ese nombre, o por originalidad o incluso hasta cierta estética-entendida de modo muy superfluo-?
No pretendo hacer exposición de grandes argumentos antropológicos, lingüísticos históricos etc. con respecto a los nombres propios, solo mostrar alguna reflexión al respecto, sobre todo al alero de 3 situaciones, a parecidas al ojo público, que se me han mostrado en el curso de este año, y que son las siguientes: (i) la prohibición en Islandia de tener nombres que no sean propios de su tradición, lo cual habrá alertado a más de algún defensor de las libertades esenciales; (ii)la lista de nombres <<curiosos>> que el registro civil de nuestro país expone todos los años y (iii) 'Le Prénom', película francesa que hace el recorrido de una discusión por la elección del nombre de un nonato.
(i) Transcurrió hace algunas semanas (o meses quizás) en Islandia, un fallo judicial que le permitió a una joven llamarse con un nombre usado tradicionalmente para hombres, pero que usado en ella, se interponía a las exigencia fonéticas y tradicionales exigidas por dicho país, que pretende proteger mediante leyes el buen uso del lenguaje para la preservación del idioma tradicional y la herencia de sus nombres propios típicos. Aquí uno se empieza preguntar por esas supuestas libertades a las que nos hemos acostumbrado, sobre todo en este otro extremo del mundo ¿choca la individualidad de algo tan 'superfluo' como un nombre propio con nuestra forma de 'hacer patria', con nuestra forma de llevar a cabo nuestra cultura? En naciones donde el nombre propio, tal cual lo usamos y lo nombramos,-podríamos decir que hay ciertos pueblo indígenas en donde los nombres son una gran secreto no revelado cuya carga es de corte totalmente necesaria, pero no es nuestro caso- no tienen más relevancia que ser deíctico, una razón de ser para ser nombrados como nosotros y no como otro, entonces ahí las leyes islandesas parecen obedecer a un atropello ¿cómo es posible que el estado designe el cómo y el qué de los nombres que les damos a nuestros hijos? Nos parece incosebible- aquí la idea de que la lengua es un órgano vivo y sujeto a cambios vibra totalmente-, pero de esa manera entramos en nuestro segundo conflicto, expuesto a continuación.
(ii)En contraposición casi absoluta a Islandia está en caso de Chile. Año tras año las inscripciones de recién nacidos en el registro civil denotan la total fatal de algo que puede ser o timidez, o ignorancia, ansias de rupturismo, o quién sabe, de miles de padres que llaman a sus hijos de modo poco tradicional, entendiendo esto como el no adscribir al cómo se han escrito ciertos nombres a lo largo de los siglos, y más aún, haciendo caso a sus invenciones o a sus oídos poco enterados del tema.
La lista de exóticos nombres está públicamente disponible, pero la cuestión que aquí queda pendiente son las consecuencias sociales de el acto de nombrar a alguien, acto que aquí, en este lugar del mundo, nos parece tan privado, y donde se ha olvidado el significado de los nombres, y más aún, lo que significa cargar con el nombre en muchos casos, sobre todo cuando va unido a una lectura de clases- las clases más bajas son más dadas a este desliz-.
Lejos estamos de creer que el nombre propio podría llegar a designar mi esencia o al menos parte de ella. El nombre propio en estas latitudes multiculturales-en el horroroso sentido del la dominación de diversas culturas en unos cuantos siglos- cumple una función decorativa, estética en el sentido más lato, quizás por eso nos podremos sentir atacados si algún día el estado nos quisiese limitar a nombres tipicamente españoles o de alguna otra lengua autóctona, pero parece que nadie se aberra demasiado si escribimos Rocio o Martin, que no tienen ningún sentido ni referencia, y para qué hablar de Maikel, Maikol, Anllelo, Haxel, etc. Los nombres propios en este país son un tema ¿a qué nos atenemos con nuestros nombres si ellos no significan nada representativo de nosotros? Mi nombre es Mariana y me veo bastante alejada de rendirle tributo a alguna virgen- lo único que me suscita una virgen es desearle que se desvirgue-.
¿Ya se extraña mediación?
(iii) 'Le Prénom' me dejó reflexionando desde otra esfera, la esfera de los nombre y su relación con la historia, los nombres en su devenir.
Para contar poco y dejaros que vuestros ojos se deleiten, la problemática nace cuando por broma, uno de los amigos convidado a la cena en casa de un profesor de literatura, dice que llamará a su hijo Adolphe, que para los efectos de pronunciación es casi igual que Adolf. Todo esto provoca el inmediato rechazo del resto de los amigos y la ira del profesor de literatura, quien lo considera un acto fascista (conozco chilenos con el nombre en su versión española), más allá que el nombre haya sido tomado de un libro previo al siglo XX, obra de un gran prócer de la literatura francesa ¿debemos desechar los nombres con esa carga histórica tan aberrante? he ahí el dilema, y he ahí el horror de que en Chile hayan Augustos de menos de 30 años.
Breve es la moraleja de todos estos extremos: es bueno conservar las tradiciones, es bueno que las lenguas sean vivas y es bueno dejar que la historia y el mundo sigan su curso, pero también es malo, bueno y básicamente porque bueno y malo no son categorías.
23 abr 2013
26 mar 2013
Aquello que hallaba
Buscando a las musas,
Me encontré con
moscas,
Ellas se revolcaban
en su inmundicia,
se posaban en mi
cuerpo pasmado
¡eran tantas!,
¡eran tan
inevitables!,
eran moscas,
moscas supliendo a
musas.
¿Dónde están, mis
bellas musas?
¿Dónde estás Erato,
hermosa Clío?.
En otra ocasión fui a
nadar,
pero me convencí,
ya no era propicio
buscar a las sirenas,
además, ya nada había
de ellas,
solo un abismos y la
facilidad de una hipotermia.
Sólo moscas, sólo
abismos,
Sólo aquello.
Vida.
No quiero vida
eterna,
no pretendo ser
inmortal.
En mi ausencia,
cuando ya no esté,
quiero gente
llorando,
quiero gente que me
recuerde,
gente que me extrañe,
gente que no diga que
todo lo hice bien,
más bien que diga que
viví.
El mayor orgullo es
haber vivido,
es haber roído
nuestros efímeros huesos.
Convoca:.
Él llevaba colgado el
cartel de su asunto,
asunto muy
importante.
Ellos lo apuntaban,
Le hacían reclamo por
su honestidad,
por sobre la
naturalidad con la que llevaba su cartel.
Aquel, el cartel, sí,
era un error.
¡¿Quién carga un
cartel con su asunto?!
Honestidad, fue eso
lo que mató a Sócrates,
is not necessary.
Entremedios y
comparaciones.
Vacíos espacios,
espacios infértiles,
infértiles como
entrepiernas,
entrepiernas gastadas
y desilusionadas,
están pidiendo
auxilio,
pidiendo eutanasia.
Cansados de la
inconstancia,
Lúgubres,
como las noches en un
lecho de monja,
como intercambios de
dinero,
como el sexo de los
púberes,
atolondrado.
La Sola.
La soledad,
aunque ya asumida
y un tanto superada,
siempre me evoca
ciertas suspicacias.
Ese frío sentimiento
que a veces es
llanto,
que a veces es
hambre,
que a veces es yo,
chocando con mi yo
que se autodescubre
libre.
Quizás ya admití,
ya di el paso para no
querer cambiar
mi condición.
Debo conservarla
y desplegarla,
mejorarla.
24 mar 2013
La lucha por el derecho al aborto en el país más desigual del mundo
La lucha por el derecho al aborto en el país más
desigual del mundo
Chile, hace ya
varios años, se debate entre legislar o no acerca de uno de los derechos
esenciales de toda mujer, derecho que no se contemplan en ninguna de sus formas
en la actual legislación: el aborto. Esto no es raro si hacemos un repaso de la
actual situación que lleva el país.
Chile se
encuentra disfrazado por una sensación de bienestar económico que, por
sobretodo, mantiene en manos de unos poco la decisión de personas libres a
quienes el Estado debería garantizar su bienestar y dignidad.
Según cifras
oficiales, el crecimiento del país durante 2012, alcanzó un 4,4 %, esperándose
que rodee el 5,1 % este 2013[1]. Pero para la gran mayoría, el impacto de este
crecimiento solo se refleja en la creación de puestos de trabajos mal
remunerados, y no en el establecimiento de mejores políticas para el bienestar
de los ciudadanos comunes y corrientes. En Chile hay empleos, pero el debate de
una mejor educación y salud aún se mantiene así, tan sólo en un debate.
Chile, el país
más desigual del mundo en materia económica, según confirma un reciente estudio
que recoge datos del SII (Servicio de Impuestos Internos) y la encuesta CASEN
(encuesta de Caracterización Económica Nacional), y que señala, en palabras de
los investigadores que ““el 1% más rico de Chile recibe 2,6 veces más ingresos
como proporción del ingreso total del país que lo que en promedio recibe el 1%
más rico en los siete países para los cuales existen datos que incluyen
ganancias de capital para el periodo considerado. Más aún, mientras que el 0,1%
más rico en Chile se lleva cuatro veces más que el promedio de la muestra de
países, el 0,01% más rico se apropia de casi
seis veces (5,8) de la proporción de la que se apropia el 0,01% más rico
en los otros seis países de la muestra”[2].
Según datos de
la última CASEN, la pobreza en Chile afecta con mayor fuerza a mujeres y niños,
dejándolos como los más vulnerables del sistemas, sobretodo en el caso de las
jefas de hogar. La pobreza de las mujeres llega a un 15,5 %, mientras que en
los hombres a 13,3 %.
Las críticas a
la CASEN de 2012 fueron múltiples y polémicas; se acusó al gobierno de
maquillar cifras, de no contrastar los números con el estrepitoso aumento en el
precio de los alimentos, de no tomar en cuenta el margen de error de la
encuesta, etc. polémicas varias, pero la pobreza femenina sigue siendo el dato
que no cambia, y que de ser más estrictos, podríamos caracterizarlo aún peor.
El panorama del jaguar latinoamericano
¿Es de
sorprendernos que ese 1 % sea parte de
los sectores más conservadores de Chile, esos mismo que hacen un llamado y todo
el lobby posible para respetar 'la vida', negándose históricamente a legislar
por sobre asuntos como el aborto y la eutanasia?
No es casual que
en Chile, los más influyentes conservadores, son los mismos que ostentan la
mayoría del poder económico. Tanto en la cámara baja, como en la senatorial,
los partidos de derecha, representados por la Unión Demócrata Independiente,
Renovación Nacional, bancadas representantes del actual gobierno de derecha, y
la Democracia Cristiana, partido de oposición, cada vez que se ha intentado
legislar en estos temas ‘valóricos’ sobre la vida- anticonceptivos,
preservativos, píldora del día después, aborto, etc.- se ha opuesto rotundamente,
apelando al respeto a su filiación
religiosa, aliándose con la voz de la iglesia en este aspecto. La mayoría de
estos parlamentarios son activos empresarios, accionistas, hombres de negocios
del 1 %, y de no serlo, representan a aquellos al momento de legislar. La
iglesia se las ingenia para que su voz repercuta y, hasta el momento, sea
mandatoria como política de estado.
Esos mismos
pro-vida que se alinean para la defensa de la vida, los mismos que se alinean
para el saqueo del país, como es el ejemplo de la ley Longueira de pesca-que
lleva ese nombre en honor al ministro que la llevó a cabo-, ley que permite que
seis familiar del país se empoderen de casi la totalidad de los recursos
marinos, dejando con prácticamente nada a miles de pescadores artesanales a lo
largo de las costas del país[3],
o todos los proyectos de explotación energética y minera que se han llevado a
cabo en las últimas dos décadas, proyectos que no se condicen con el respaldo a
la vida, menos aún a una buena vida, sino más bien a intereses económicos de
minorías. Estos son solo ejemplos de cómo los pro-vida, son los mismo que
gestionan los proyectos de ley para la gran industria y monopolios económicos.
Ahora, ser mujer
en Chile es una condena a la desigualdad. Lejos queda la idea de los jaguares
de América Latina que nos dio la ilusión
de la bonanza económica impulsada por el modelo neo-liberal impuesto por la
dictadura de Pinochet en la década de los ochentas. Para las mujeres la
situación se ha tornado distinta, pero no mejor.
Recientes
estudios muestran un incremento en el embarazo adolescente, incremento que
repercute, casi por triste obviedad, en las clases más pobres. Según cifras
presentadas a finales de 2011 por el Ministerio de Desarrollo Social, se indica
que 40.000 de 250.000 niños nacidos en Chile, son hijos de madres entre 10 y 19
años, y de estos, el 65 % pertenece al 40 % más pobre de la población. Solo el
1 % corresponde al 20 % más rico. Según cifras de la ONU, 1 de cada 4
adolescentes será madre. El problema traspasa el límite de lo meramente
económico, transformándose en un problema de políticas educativas. ¿En qué se
está educando a nuestros jóvenes con respecto a su sexualidad?
Chile carece de
una política efectiva para evitar los embarazos no deseados. A los ciudadanos
se les tramita en los consultorios y hospitales públicos desde los condones,
hasta la píldora del día después, en las escuelas simplemente no se entregan,
ahí también se les dice a los padres que hablen con sus hijos, en vez del
Estado hacerse cargo de una política igualitaria, pero en Chile difícilmente se
cuenta con educación pública, casi toda está privatizada y hay libertad de
enseñanza. En un gobierno de derecha conservadora, -otrora mano derecha de la
dictadura militar- es necesario y no imposible, abrir la discusión sobre
legislar para garantizar el derecho al aborto.
La discusión con
respecto al aborto, luego del retorno a la democracia, ha estado presente en
reiteradas ocasiones. Según una encuesta de Miles Chile, el 70 % de
la mujeres está a favor que se legisle por sobre el aborto terapéutico, pero
aun así, ya el año 2011, Sebastián Piñera amenazó con veto presidencial en caso
de aprobarse cualquier ley de este tipo. El aborto sigue prohibido y tipificado
como delito de no ser espontáneo[4].
El gobierno de
derecha conservadora liderado por Sebastian Piñera, presidente y
multimillonario empresario, en la voz del ministro de salud, Jaime Mañalich,
manifestó en estos días-al igual que en un sin fin de otras ocasiones las
últimas décadas- que si se legisla por sobre el aborto, como ha sido solicitado
nuevamente esta semana por organizaciones sociales en voz de parlamentarios de
oposición, es decir, tan sólo sobre el aborto en casos de violación, incestos,
cuando peligre la vida de la madre o la vida del feto sea inviable, lo que se
está pidiendo es un aborto eugenésico. En palabras del mismo Mañalich,
estaríamos hablando de un aborto "eugenésico, que quiere decir que en
determinadas condiciones, en que la vida de este niño no puede seguir adelante
entonces debemos asesinarlo, las cosas hay que decirlas por su nombre".
Ser madre en Chile, un camino con muy poca
posibilidades de elección
Ser madre, se
pinta como bendición que debe ser siempre bien recibida,- según el discurso que
prima en las voces de grupos ligados al catolicismo, religión de la mayoría
censada, religión aliada de la mayoría de ese 1 % tan poderoso - pero no puede
ser de esta manera si: (i)la mujer no quiere; (ii) pone en peligro la propia
vida de la madre; (iii) la condena a una pobreza no solo material, sino que
educacional también; (iv) le impone el rol de madre por sobre el de ser mujer
en la forma que ella quiera, y lo que es más grave, (v) le impone una
determinada ideología de la cual ella puede o no formar parte-católica por
sobre todo.
Poder, conservadurismo y el futuro para una ley de
aborto
Entrelazar la
concentración del poder del económico en Chile con la legislación del aborto no
es azaroso, más aún si la mediamos con la intervención constante de la iglesia
católica. La relación entre las esferas del poder económico y la institución
paradigmática del conservadurismo en temas morales no es nueva. Cada vez que se
abre una oportunidad de discutir el aborto en sus diversas formas y
posibilidades,- el caso actual es de aborto terapéutico en casos especiales,
tales como de violaciones, incesto, peligro de vida de la madre o inviabilidad
fetal- la mano de la iglesia preponderante en el país no hace esperar.
La discusión de
nueva nada tiene. Ya el año 1994, el Instituto Guttmacher entrega el primer
estimativo serio sobre las cifras de abortos clandestinos en Chile: 160 mil
abortos anuales, siendo entre 115 mil y 120 mil realizados a mujeres católicas
y pobres. Hoy por hoy, a casi dos décadas, éste es el único estudio serio con
el que se cuenta.
Que una ínfima
parte de la sociedad chilena concentre la riqueza de toda una nación es
aberrante, pero que esa minoría se asocie con la religión que agrupa a la
mayoría de la nación, confabulándose para boicotear cualquier intento por
legislar en el asunto es aún peor. Las mujeres no son sólo ya las más pobres,
sino que se les es negado el derecho de decidir sobre sus vientres, incluso en
casos extremos de violación y la continuidad de su propia vida.
El poder de las
elites económicas en el debate del aborte se concentra, principalmente, en el
lobby parlamentario, en educación y salud. Recordemos que en Chile, el estado
financia gran parte de la educación y la salud es financiada por el estado,
pero son los privados quienes la manejan a su antojo, dejando, en el caso de la
educación, a la iglesia gran parte del trabajo, por lo tanto gran parte de los
jóvenes solo son instruidos en un llamado a la abstinencia y a preguntarle a
sus padres.
El discurso de
los pro-vida, parlamentarios, organizaciones de jóvenes católicos como “Siempre
por la Vida” y la iglesia; el discurso un gobierno abiertamente católico y que
no respeta su separación con el estado chileno; cifras de abortos clandestinos
donde la integridad de la mujer es degradada y puesta en peligro, nos dan para
pensar que la perversa relación que existe entre el poder del dinero y la
fe en un país que mantiene al derecho de
toda mujer a abortar en la ilegalidad y el tabú. Son los más pobres, sobre todo
mujeres, quienes pagan con las consecuencias de este acallar. Se estima que la
cifra de abortos clandestinos no ha bajado, si no que se podría haber
incrementado, y quien posee mayores recurso, podría procurarse condiciones más
idóneas que quien los tiene por más escasos. Difícil es entregar datos desde la
clandestinidad.
Con las altas cifras de embarazo adolescente y
sus consecuencias sociales en el largo y corto plazo, Chile debe entrar en un
proceso donde las consideraciones de grupos religiosos o ideológicos
determinados deben ser puestas en segundo plano al minuto de entrar a tratar
políticas públicas, en este caso de sanidad y salud, luego de eso, viene la
libertad de cada uno de los sujetos. Según el último Senso y encuesta CEP
(Centro de Estudios Públicos), el porcentaje de declarados católicos en Chile
se calcula entre un 70 y 72 %, pero aunque fuesen el 99,9 % de la población,
los temas valóricos y concepciones morales no debiesen interponerse en lo que
respecta al Estado, el cual debe proporcionar las condiciones idóneas para el
cuidado y buen vivir de sus ciudadanos, incluyendo el derecho a elegir por
sobre su propio cuerpo, con esto se
permitiría no relegar las prácticas abortivas a la clandestinidad.
La pelea por la
distribución de Postinor 2, la píldora del día después, se ganó a medias, dado
la burocracia y resquemor de la
autoridad a entregarla es evidente. Hasta el día de hoy las opciones para
obtenerlos son: o demostrar que uno ha sido abusada o cargar con una receta
médica que cualquier ginecólogo con criterio la debiese entregar. Esto parece
inconcebible si su distribución y repartición fue aprobada por el congreso el
año 2007. En los municipios de derecha la situación se torna aún más compleja.
La educación sexual de los jóvenes en Chile es
prácticamente inexistentes; preservativos
y control de natalidad no son incentivados como parte de las políticas públicas
para prevenir el embarazo adolescente y las Enfermedades de Transmisión Sexual,
la perversa mano de la iglesia aún aparece como la principal causante del
resquemor a promover su uso y sana socialización, claro, ellos manejan gran
influencia en este ámbito. Lo que se debe y no hacer con el cuerpo se lleva a
las aulas donde ya todos notan que la absurda idea de la 'abstención sexual' no
fue, ni nunca será.
El futuro para
legislar una ley de abortos en las condiciones que está siendo presentada hoy
debiese llegar a buen puerto, pero el problema al que se enfrenta es el mismo
de siempre: los poderosos, los ricos y las ideologías, todos unidos para
truncar y rebatir lo irrebatible. Ya la semana pasada, en un esfuerzo por
contrarrestar una nueva iniciativa para legislar, el precandidato presidencial,
Andrés Allamand, propuso un bono para las madres adolescentes, alegando que
había que premiarlas por no haber abortado.
Chile, el país
más desigual del mundo se debe, en pos de la igualdad, intentar sacar adelante
una ley de aborto que saque de la clandestinidad una práctica que es, por sobre
todo, el derecho de cada mujer para decidir sobre su propio cuerpo.
[1] http://www.gob.cl/cumplimiento/crecimiento/crecimiento.html
[2] http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2013/03/22/chile-es-el-pais-mas-desigual-del-mundo/
[3] http://www.elciudadano.cl/2012/11/29/60898/ley-longueira-senado-paso-aplanadora-y-aprobo-todo-los-articulos-favorables-a-industriales/
[4] Código Penal de Chile de 1984: artículos 342 a 345 y Código
Sanitario: artículos 119 y siguientes.
21 mar 2013
Butler, Haneke y algo desde Yo, claro
En un esfuerzo por NO hacer de ésto solamente el muro de los lamentos de mi existencia y de seguir en la línea de unir los diversos temas que me conmueven e interesan, es que hoy en la mañana me puse a pensar en qué cosas nuevas tenía por comentar, dar vueltas y religar, claro, con la secreta esperanza que alguien las lea, le gusten o al menos, quede curioso. En eso estaba, cuando se me vino a la cabeza mi brillante maestra, Judith Butler, perito y referente en teoría queer y asuntos de género. Ahora, pensaba que al hablar tan sólo de ella, me exigiría un rigor técnico en términos filosófico que quizás no sea el más atractivo, y cuando en eso estaba, miraba 'Funny Games' (en su versión gringa de 2007) del gran Haneke, célebre el último tiempo por su grandiosa 'Amour' y por otras como 'La Pianiste', así que lo hice el segundo factor de esta suma. Hasta aquí ya tenía dos asuntos sobre los cual explayarme, faltandome el infaltable: Yo y qué tenía que decir con respecto a todo esto; cómo le daría sentido al hablar de feminismo, de un grande del cine y de mi.
Emprendamos la dulce y trabajosa empresa del sentido entregándome en las manos de Judith y Michael para que se hagan presentes en estos momentos en mi procesadora mente, motor de estos dedos que ahora les escriben.
Haneke trabaja temas muy íntimos que nos dan a entender que el tema político no se recluye netamente en lo público, sino que por el contrario, Haneke sitúa las problemáticas y dilemas de sus personajes desde lo más intimo de sus hogares, en espacios clausurados, ahí donde la vulnerabilidad de su ser queda completamente expuesta y tan sólo ocurre, ocurre más allá de lo que pueda decir u objetar el juicio público. La realidad transcurre y los personajes realmente se muestran en esa realidad. Pienso en la 'disfuncional' sexualidad la profesora de piano de 'La Pianiste'; en la eutanasia de 'Amour' y en el crimen de 'Funny Games', por nombrar algunos ejemplos. Sin intermediar estos grandes juicios morales, de los cuales unos son tan asiduos, debemos de decir que, en Haneke, a estos son los más difíciles de llegar porque no están puestos como manual de principios. Haneke no impone moralidad.
Haneke, creo, da una lección de realidad, una realidad donde asuntos como la diversidad sexual, lo que significa vivir, el crimen, etc., expresandonos que primeramente son, son íntimamente humanos, luego, son objeto de juicios. Heneke se nos muestra nietzscheanamente, negando este moralismo absurdo que provoca re-negarnos en el ámbito de lo público, por eso deviene como uno de los grandes de nuestros tiempos, lo demuestra con magistralidad y con todo lo bello del cine manifestándose ahí al mismo tiempo.
Ahora, tomaré a Butler desde esta idea de ser, de ser políticamente (ser en el mundo), sin mediar el absurdo juicio de los moralistas, juicio que solo crea contradicciones y polarizaciones, que no permite dilucidar realidades, y que nos afecta íntimamente en lo que somos y en cómo nos constituimos en, de y para el cosmos.
Advierto que para mi todo lo que es objeto de discusión, movimiento y cambio es político, ergo, todo lo que es, es político.
Butler, en su extensa obra, nos da herramientas para dilucidar el ser, sobre todo de aquellos eternos excluidos de los parámetros de la normalidad, esos que se escapan de lo que muchas feministas llamarían 'el mundo hecho a la medida de un hombre adulto, blanco, heterosexual con dinero'. Bueno, aunque esto no es solo patrimonio de Butler, debemos de decir que lo logra con maestría, entre otras muchas cosas, porque al análisis clásico de la filosofía, se le suma las discusiones contemporáneas en psicoanálisis visión más intimista de los asuntos, así como una firme postura de izquierda, de su homosexualidad y de su condición de mujer.
Al igual que con Haneke, no nos es posible caer en la primicia de que todos encajamos en los parámetros exigidos en este mundo hecho a la medida de 'un hombre adulto, blanco, heterosexual con dinero'. Tal cual la vida, a veces las cosas solo son y no debemos sumar esfuerzo en encasillarlas. Así, lo que transcurre en los más íntimos espacios, físicos o mentales, de nuestras vidas pueden empezar a condecirse y no confrontarse con ese mundo fuera de la puerta de entrada.
La teoría queer y de género de Butler; sus análisis, conclusiones y discusiones en torno a lo que significa la sexualidad y re-plantearse los espacios de la diferencia (que resulta ser el de la mayoría en el mundo), así como las lecciones que Haneke nos provoca con sus obras, me llevan a repensar la relevancia de plantearse en coherencia, sin juicios totalitarios y cegadores, frente a lo que es el mundo y lo que somos en él.
Puede resultar de perogrullo repetir que debemos ser sinceros y coherente con lo que somos y mostramos, pero, a pesar de todo, se revela que difícilmente así son las cosas.
Hay que luchar porque el los espacios políticos, los espacio dinámicos, sean espacios de real y fiel acontecer, no espacios donde lo que es se vea en la necesidad de relegarse en cuatro paredes que todo lo esconden.
Butler y Haneke dan para pensar la misión de honestidad que tenemos para con nosotros y nuestro mundo (lo uno, lo mismo y distinto), y a mi me dan para pensar en cómo dejar de encasillar (me), seguir fluctuando y pensar.
20 mar 2013
GodarDolanGirlsarnos
Quizás el tedio de un día sin mayor emoción son el mejor ambiente para recordar los momentos en que todo era más complicado, más profundo, más filosófico y más bellamente trágico, pero me ocurre lo contrario.
Mi vida va pasando por una de esas crisis que parecen de quinceañeros o de recién salido de cuarto medio. Filósofa a medio camino, me vi frustrada a ver los esfuerzos y paciencia que se debían tener para, a fin de mes, mirar mi cuenta bancaria con una suma que para cualquier otro profesional es una burla o, de no ser una burla, no está exento de la humillación propia de un sistema educacional que no educa. En fin, para discutir sobre educación ya habrá mejor ocasión, pero el punto es que aburrida del sistema en el cual tan poco permanecí, me fui a buscar nuevos horizontes con un nuevo oficio que, ya con la suerte de mis elecciones era de esperar y eso que no hablo de hombres, terminó en estafa, cesantía y 3 meses invertidos viviendo en Santiago de ahorros y prestamos eternos por parte de mis buenos padres. Ahora, trabajando en un hotel sin pasajeros donde no ocurre mucho (por no decir nada), haciendo escrituras de ocasión, lecturas de rigor/escape/para mantener las neuronas haciendo sinapsis, siento que la verdadera bataola del pensamiento recién se inicia.
Quizás sea la moda de la frustración/depresión postuniversitaria al estilo de 'Girls'; mi constante obsesión por lo femenino de Godard, ese de Ana Karina y la Bardot que me desborda de hace ya un par de años, la histeria y genialidad que me evoca Dolan en las pocas magnas obras cinematográficas que lleva a su haber, o no sé, una mixtura de todo aquello, más otros muchos asuntos más, la cosa es que no puedo evitar hacer una analogía entre mi vida y todo lo que quisiese que fuere con respecto a éstos.
¿Y qué tiene que ver Godard, Dolan y la serie de moda en mis dilemas? Nada lo más probable, pero me voy a permitir explayarme para tratar de dilucidarlo, de crear una mediación, algo así como mediar entre lo real y la realidad al mejor estilo lacaniano.
Lo real, ese mundo del clásico Godard sesentero y ese Dolan actual, ese Dolan que recién está en la primera parte de sus veinte y ya hace maravillas, me evoca querer generarme como todo lo que ahora no soy, pero que parece soy en ese esfuerzo; la realidad, lo siente, ya sea en esta mujer de aura misteriosa, fusión de femme fatale y dona angelicata, pero, ¿qué pueden de tener en común alguien como Nana de 'Vivre sa vie', una bella mujer envuelta en el ambiente de la prostitución conmigo?, ¿qué puede tener en común la histérica madre de un adolescente homosexual como en 'J'ai tué ma mère' conmigo? y con las protagonistas de 'Girls' tengo en común que en ellas chocan expectativa vs. realidad, real vs. realidad, lo alcanzado vs. lo inalcanzable, pero más allá de eso, difícil es dilucidar lo común, más aún a sabiendas que detrás de las historias de fracaso, se inmiscuye es éxito de su realidad en la vida de VERDAD.
Entonces, ¿cómo llego de ser esta filosofa a medias, fanática del cine y de estos dos grandes, y con la idea de que una serie de televisión tiene algo que ver con su vida, a ver que ellas si puedo rescatar algo de todo esto para darle sentido a mi trágica y quitada de bulla vida actual? No lo sé, pero quizás empezar a escribir acerca de lo que ellas me suscitan ya generan la necesitada mediación que quite la polarización, otorgue sentido y religue ese algo que perdí en el transcurso de estos meses. Tal vez buscó salvarme al pensarlas, en pensar personajes excluidos, en este caso mujeres, marginalidad, en pensar la realidad y lo que es.
Vendrán tiempos mejores me dice la gente, yo no lo sé y la verdad es que eso de la esperanza me parece media extraña a estas alturas, prefiero saber que vendrán otros tiempos,distintos, distintas tragedias, quizás siempre serán tragedias de cuarto medio, el típico 'qué hago/haré con mi vida', y también me gusta pensar que siempre los acompañaran Godardes, Dolanes, series lejanas y cercanas al mismo tiempo. Me gusta pensar que la mediación entre lo que me ocurre y lo que me gusta le da belleza a mi acontecer vital..... ya se dilucida mediación.Real y realidad son distinto y es lo mismo.
Todos (no) somos una obra en construcción, basta con darse cuenta. Todos podemos godarddolangirlsarnos.
Mi vida va pasando por una de esas crisis que parecen de quinceañeros o de recién salido de cuarto medio. Filósofa a medio camino, me vi frustrada a ver los esfuerzos y paciencia que se debían tener para, a fin de mes, mirar mi cuenta bancaria con una suma que para cualquier otro profesional es una burla o, de no ser una burla, no está exento de la humillación propia de un sistema educacional que no educa. En fin, para discutir sobre educación ya habrá mejor ocasión, pero el punto es que aburrida del sistema en el cual tan poco permanecí, me fui a buscar nuevos horizontes con un nuevo oficio que, ya con la suerte de mis elecciones era de esperar y eso que no hablo de hombres, terminó en estafa, cesantía y 3 meses invertidos viviendo en Santiago de ahorros y prestamos eternos por parte de mis buenos padres. Ahora, trabajando en un hotel sin pasajeros donde no ocurre mucho (por no decir nada), haciendo escrituras de ocasión, lecturas de rigor/escape/para mantener las neuronas haciendo sinapsis, siento que la verdadera bataola del pensamiento recién se inicia.
Quizás sea la moda de la frustración/depresión postuniversitaria al estilo de 'Girls'; mi constante obsesión por lo femenino de Godard, ese de Ana Karina y la Bardot que me desborda de hace ya un par de años, la histeria y genialidad que me evoca Dolan en las pocas magnas obras cinematográficas que lleva a su haber, o no sé, una mixtura de todo aquello, más otros muchos asuntos más, la cosa es que no puedo evitar hacer una analogía entre mi vida y todo lo que quisiese que fuere con respecto a éstos.
¿Y qué tiene que ver Godard, Dolan y la serie de moda en mis dilemas? Nada lo más probable, pero me voy a permitir explayarme para tratar de dilucidarlo, de crear una mediación, algo así como mediar entre lo real y la realidad al mejor estilo lacaniano.
Lo real, ese mundo del clásico Godard sesentero y ese Dolan actual, ese Dolan que recién está en la primera parte de sus veinte y ya hace maravillas, me evoca querer generarme como todo lo que ahora no soy, pero que parece soy en ese esfuerzo; la realidad, lo siente, ya sea en esta mujer de aura misteriosa, fusión de femme fatale y dona angelicata, pero, ¿qué pueden de tener en común alguien como Nana de 'Vivre sa vie', una bella mujer envuelta en el ambiente de la prostitución conmigo?, ¿qué puede tener en común la histérica madre de un adolescente homosexual como en 'J'ai tué ma mère' conmigo? y con las protagonistas de 'Girls' tengo en común que en ellas chocan expectativa vs. realidad, real vs. realidad, lo alcanzado vs. lo inalcanzable, pero más allá de eso, difícil es dilucidar lo común, más aún a sabiendas que detrás de las historias de fracaso, se inmiscuye es éxito de su realidad en la vida de VERDAD.
Entonces, ¿cómo llego de ser esta filosofa a medias, fanática del cine y de estos dos grandes, y con la idea de que una serie de televisión tiene algo que ver con su vida, a ver que ellas si puedo rescatar algo de todo esto para darle sentido a mi trágica y quitada de bulla vida actual? No lo sé, pero quizás empezar a escribir acerca de lo que ellas me suscitan ya generan la necesitada mediación que quite la polarización, otorgue sentido y religue ese algo que perdí en el transcurso de estos meses. Tal vez buscó salvarme al pensarlas, en pensar personajes excluidos, en este caso mujeres, marginalidad, en pensar la realidad y lo que es.
Vendrán tiempos mejores me dice la gente, yo no lo sé y la verdad es que eso de la esperanza me parece media extraña a estas alturas, prefiero saber que vendrán otros tiempos,distintos, distintas tragedias, quizás siempre serán tragedias de cuarto medio, el típico 'qué hago/haré con mi vida', y también me gusta pensar que siempre los acompañaran Godardes, Dolanes, series lejanas y cercanas al mismo tiempo. Me gusta pensar que la mediación entre lo que me ocurre y lo que me gusta le da belleza a mi acontecer vital..... ya se dilucida mediación.Real y realidad son distinto y es lo mismo.
Todos (no) somos una obra en construcción, basta con darse cuenta. Todos podemos godarddolangirlsarnos.
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