20 nov 2014

Historias para el after office

Cansado estaba de la monotonía y silencio de cargar con cuerpos. Subía y bajaba en ascensor, llevándolos uno por uno hasta dejarlos para que otro los abriera, inspeccionara, se encontrara con algo interesante o divertido en esos cuerpos desprovistos de vida.

Siempre al final del turno se dirigía al bar de la esquina. Relataba sus historias como vendedor en alguna tienda de retail, abogado e, inclusive, alguna vez se imaginó como enfermero. Las posibilidades siempre eran infinitas en esos instantes.

Mientras la noche pasaba acompañado de una cerveza y de quien quisiera oírle, él libre se paseaba por vidas distintas, hasta que pronto llegaba otro día, una nueva jornada y debía, nuevamente, cargar con los muertos que no le pertenecían.

No hay comentarios:

Publicar un comentario